La Justicia condenó a una empresa transportadora de caudales a indemnizar a uno de sus choferes que sufrió un infarto causado presuntamente por el estrés le provocaba las largas jornadas laborales, de hasta 18 horas.
Los camaristas reconocieron que el infarto de miocardio como el que sufrió el
chofer está asociado a cuestiones "congénitas, alimenticias, por hábitos
nocivos como fumar, situaciones de estrés propias del trabajo o extralaborales, esfuerzos físicos".
Pero resaltaron que "cuando las
condiciones laborales se manifiestan con claridad como predisponentes de este
tipo de padecimientos, debe otorgársele, al menos, carácter laboral a la
dolencia".
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